¿Quiénes somos?
Somos una comunidad cristiana evangélica nacida en Comodoro Rivadavia en el año 1966 y pertenecemos al Movimiento Cristiano y Misionero.
Fundada por el pastor Hernán Pérez (ya en la presencia del Señor) su esposa pastora Cristina del Busto de Pérez.
Hoy somos pastoreados por nuestra pastora general Cristina de Pérez, y los pastores Jorge Mansilla y su esposa Noemí Pérez de Mansilla.
A lo largo de nuestra historia adoramos en tres casas, en un principio allá por el año 1966 en los altos del barrio Pietrobelli florece nuestra primer capilla, los primeros pasos. En el año 1974, Dios nos planta en el pasaje Paraná, barrio José Fuchs un hermoso templo que con el tiempo nos quedó chico, aunque el corazón fuera grande.
Hasta que en el año 2000 termina nuestro peregrinaje, y llegamos a la “tierra prometida” el regalo a una fe genuina, nuestro Tabernáculo, un espacio donde seguimos aprendiendo una vida espiritual y asombrándonos de un evangelio que transforma vidas.
Queremos decirte Tabernáculo de la Fe también puede ser tu casa, por eso con gusto te invitamos a venir y caminar juntos a Jesús.
Lo que creemos a través del filtro de la Biblia
Porque su Palabra dice en San Juan 17:21, “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.”
Creemos que Dios es un Dios «Congregacional«, Y nos invita a ser iglesia fomentando relaciones significativas.
Porque la Biblia declara en Romanos 8:19-25, “19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.” Descubrimos que aquello que denominamos «pecado», es aquello que interfiere en nuestra relación con Dios, con el prójimo, conmigo mismo y con la creación. Y de esa ruptura insalvable para nosotros, Jesús nos salva.
Porque su Palabra argumenta en Hechos 10:34-35, “34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.” Celebramos que ante Dios todos somos iguales, porque Él no hace acepción de personas. Y en esta congregación todos somos importantes; niños, jóvenes, mujeres, hombres, ancianos.
Porque la Biblia nos dice en Lucas 6:36, “Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.” Creemos que la Santidad no solo es “vivir de espaldas al mundo”, sino también, involucrarnos en su misión para el Mundo que sufre azotes.
Porque su Palabra nos alienta en 2 Corintios 2:4 “Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo.” Sabemos que somos una iglesia de personas imperfectas, y desde nuestras vidas quebradas nos proponemos trabajar por la sanidad de los demás.
Porque la Biblia nos señala en Lucas 8:1-3, “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, 2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.” Pensamos que servir a Dios se hace con: Las rodillas de los que oran, las manos de los que ayudan, la boca de los que anuncian, y el bolsillo de los que dan.
Nuestros valores
Amor:
Creemos que la iglesia está fundada en el amor de Dios, y por eso buscamos generar un ambiente de bondad, generosidad, acercamiento, tolerancia y alegría basado en la verdad y la justicia del Señor. “Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.”
Colosenses 3:14
Adoración:
Alentamos a una adoración en un sentido integral e individual, teniendo la convicción de que esta es fruto de un creyente maduro en Cristo. Buscamos sinceridad al adorar a Dios en todo lo que hacemos. “Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza.”
Salmo 71:8
Servicio:
El ejemplo de servicio que nos dejó Jesús es nuestra inspiración y modelo a seguir. Característica fundamental de nuestra familia, practicamos un servicio desinteresado basado en el amor y la amistad con todos. “Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.”
Juan 12:26
Expectativa
Descubrir y aceptar quiénes somos y el perdón que hemos recibido. Aca no juzgamos pasados ni orígenes, ni pedimos explicaciones. Todos somos bienvenidos a participar en la iglesia con la expectativa de que seremos transformados a la imagen de Cristo. “Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le teme y hace lo justo, le es acepto.”
Hechos 10:34-35